Uffffff, mi primera receta, espero hacerlo bien (disculpad la calidad de la foto, supongo que, como en todo en la vida, con el tiempo iré mejorando).

Todo y que es una receta muy sencilla, para mi suponía todo una incógnita hasta hace un año, y en parte por que era uno de los platos que más odiaba de pequeña, hasta que encontré el truco para comérmelas, las hago puré, con lo cual finalmente lo que yo como es crema de lentejas, mira, hemos creado una nueva variante.

Bueno empezaremos por los ingredientes (para cuatro personas), todo y que he de deciros que yo, la mayoría de las veces suelo modificarlos dependiendo de las existencias que ocupan mi nevera.

Acostumbro a poner las lentejas en remojo el día anterior, digamosle manía, pues no se bien bien por que lo hago, se supone que cuestan menos de cocerse, ya investigaré. También he visto que venden lentejas que expresamente no necesitan remojo, aunque a mi me gusta llevar a cabo todo el ritual.

Y ahora viene mi truco, paso todas las verduras por la batidora, ¿ que cual es el motivo ?, primero, y ante todo, que tengo (como ya os dije) un niño de 7 años que como se encuentre un trocito de cualquier verdura ya no quiere comerse nada, con lo cual todos mis sofritos los hago de la misma forma.

Primero pongo en el vaso los tomates (no los pelo, únicamente le quito la parte de la rama y los parto en cuatro trozos), siempre bato primero el tomate para que me resulte más sencillo ir añadiendo el resto de ingredientes, los pimientos (verde y rojo), la cebolla, las zanahorias, y los ajos (no hace falta hacer los trozos muy pequeños pues la máquina lo tritura todo en un plis plas).

Ponemos en la olla un poco de aceite (que cubra la base de las misma sin mucho miramiento), y la calentamos a fuego fuerte (yo lo pongo en el 9 de mi vitrocerámica), cuando esté bien caliente ponemos a freír la carne previamente pasada por harina.

El harinado se puede eliminar, yo lo hago de esta forma para que después todo quede más espeso.

Las freímos hasta que queden bien doradas por ambos lados. Para que os hagáis una idea os dejo una imagen con el punto en el que a mi, particularmente, me gusta que tengan.

  

Ahora se sacan de la olla y las reservamos en un plato (las volveremos a añadir más tarde).

Bajamos el fuego a media potencia (en mi caso pongo el 7 de la vitrocerámica), y añadimos todas las verduras que anteriormente hemos triturado para realizar el sofrito. Dejamos que se consuma bastante el líquido del sofrito, calcular unos 10-15 minutos y volvemos a añadir la carne.

Ya ha llegado la hora de añadir las lentejas, y el agua. En este momento añado el laurel y la sal, en este punto es difícil decir una cantidad, pues dependerá de si podéis tomar más o menos sal, o si os gusta más o menos salado, en mi caso le pongo solamente un par de puñaditos no muy grandes (ya sabes, a según que edades hay que cuidar la tensión).

Y ya solo nos queda esperar entre 45 minutos una hora (no queda más remedio que ir probándolas para ver cuando ya estén hechas).

Y os preguntaréis donde queda el chorizo, pues ahí va una táctica de mi madre, lo cuezo aparte, en una ollita pequeña con bastante agua. El motivo para no ponerlo junto con las lentejas es para que la grasa que desprende no aceite todo el guiso, aparte, que de esta forma, la grasa la dejamos alejada de nuestras arterias, y de nuestras cartucheras también.

A ver que tal, pues a mi familia le parecen exquisitas.

También deciros que, en los momentos en los que la dieta es urgente y necesaria (me ocurre muy a menudo, pues no soy de las que puede comer de todo), se puede hacer todo exactamente igual pero sin carne y sin chorizo, y resulta un plato muy recomendable para una dieta no excesivamente estricta pues no es excesivamente calórico.

También se le pueden añadir unas patatas, pero en mi caso no me gusta mezclar ambas cosas.

Espero que os haya gustado la receta.

Hasta la próxima, que como estoy de vacaciones seguro que será muy pronto.